jueves, 15 de enero de 2015

Con tu permiso...

...con el permiso de Duna,www.dosisderecuerdos.blogspot.com que seguro que me dice que sí, le robo su entrada.
Lo vi anoche por la tele y me moría de ganas de verlo entero.
Hoy lo he hecho cuando he visitado su blog.



Es imposible no emocionarse cuando ves algo así.
yo no he podido dejar de llorar.

Hay que aprender a valorar hasta las cosas más pequeñas y vivir cada segundo como si fuera el más especial.

Yo ahora me levanto para trabajar a las 5.30, sí, las calles ya están puestas, os lo aseguro y cuando pienso en quejarme me pongo en el lugar de las personas que  están enfermas y pienso, qué darían ellas por poder quejarse de madrugar para ir a trabajar o cuánto desearían poder cansarse después de hacer ejercicio o mil cosas parecidas...porque eso significaría que tienen salud suficiente para hacer todo ésto.
Así que lo pienso un segundo y digo, qué suerte tengo de levantarme a esta hora y de llegar cansada a casa.
Y cuando me tomo un café en mi sofá, digo qué suerte tengo de tener mi casa, mi sofá y mi café.
Y cuando estoy con amigos pienso que tengo mucha suerte de tenerles y de poder tomarme un vino mientras me echo unas risas.
Porque hay gente que no tiene ni amigos, ni dinero para un vino ni mucho menos ganas de reir.

Así que desde aquí os animo y me incluyo a mí misma a darnos menos mal por las cosas tontas, porque son tontas, las mires como las mires, si tienen solución, son tontas,no le des más vueltas y vive el momento porque aquí, estamos de paso

Yoli

2 comentarios:

Cris Mandarica dijo...

Qué pena que nos tengamos que acordar de lo que importa con cosas como esta. No deberíamos olvidarlo nunca. Biquiños!

Duna dijo...

Un vídeo muy emotivo que nos hace reflexionar.
Tiene tanta razón.. yo cuando estaba en el hospital pedía volver a caminar o poder ir a trabajar porque eso significaría estar sana y abandonar p. ej la radioterapia.
Yo también cuando me levanto a las 6h doy gracias porque mucha gente no puede levantarse para trabajar o ni siquiera puede levantarse.
Un besote